Café de Chinita de Ojén

El 15 de Mayo de 1912 nace Francisco Fernández Ortiz. Vecino del municipio de Ojén que con tan solo 3 meses quedó huérfano de padre que murió de gangrena tras tener una accidente en la mina del "Peñoncillo", a medio camino entre Ojén y Marbella.

Embarcadero de la Mina del "Peñoncillo"
 
Francisco era hermano de otros 5 más: María, Francisca, Juan y... los dos principales protagonistas de esta historia; Pedro y José. Aquellos años de posguerra (la guerra civil comenzó en 1936 y terminó en 1939) fueron bastante duros para todos ya que había mucha necesidad y la única manera de llevarse algo a la boca era trabajando en el campo de sol a sol. Pues si las condiciones eran complicadas para Pedro y José la cosa se complicaba aún más porque estaban discapacitados. Carecían de movilidad en las piernas y si no tenían apenas para comer imaginad para disponer de una silla de ruedas. Debían hacer el mismo trabajo que los demás pero con este gran inconveniente.

Ojén, un pequeño reducto de casa
Entre 1939 y 1940, encontrándose de alcalde de Ojén Francisco Márquez (abuelo del difunto Paquito Correa del Bar Diego) se comenzó una campaña para tratar de solucionar la situación precaria de ambos hermanos (Pedro y José). Campaña que fue fomentada por el propio alcalde el cual instó a todos los vecinos a colaborar para poder buscarles una alternativa que les permitiese vivir mejor. Cada vecino aportó su granito de arena, uno trajo un palo, otro un poco de cal, otro barro... en definitiva que con la colaboración vecinal consiguieron montarles una improvisada taberna en el paso principal del municipio.

José y Pedro, en su humilde barra, atendían a conocidos y extraños sirviéndoles un cortao de aguardiente o una copa de coñac. Mineros, arrieros, carboneros... todos los oficios pasaban por la taberna representados en vecinos del pueblo o en transeúntes que venían de Savinillas, Casares, Marbella... camino de Coin para hacer sus negocios.

Ubicación "Café de Chinitas" de Ojén
Una vez montada esta improvisada taberna, un peón caminero conocido como Cintrano (cliente habitual) se le ocurrió, entre chato y chato, de que al lugar habría que darle un nombre. Y en homenaje al famoso "Café de Chinitas" de Málaga (que vivió su auge varios años atrás) "bautizaron", a la única e improvisada venta que había en lo que hoy es la travesía del pueblo,  con el nombre de este destacado café cantante de la época.

En 1945 María Ortiz, madre de José y Pedro, quedó como dueña del "negocio" el cual fue otorgado al hermano Francisco por ser ya el único heredero vivo. De aquel Francisco Fernández Ortiz queda hoy en día sus hijos y sus nietos. Hijos los cuales han heredado el mote de "Juan y María l@ de Chinita", en honor y recuerdo a aquella humilde taberna que surgió de una iniciativa altruista. Una iniciativa que pretendía que dos vecinos discapacitados tuvieran una mejor vida ganándose cuatro reales vendiendo algunos chatos a vecinos y transeúntes.

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